martes, 27 de marzo de 2007

UN MINUTO CON MARÍA

El silencio de la Sagrada Familia (I)
La tradición dice que los tres habitantes de la santa casa de Nazaret casi nunca hablaban. El dulce intercambio que nos podemos figurar como una parte de la vida de la Sagrada Familia tiene lugar en nuestra imaginación, pues no existieron. Ahí reinaba un silencio más profundo que la soledad de los Cartujos donde el viento de los Alpes gime en los corredores y estremece las ventanas desvencijadas, mientras todo lo demás guarda un silencio sepulcral. Las palabras de Jesús eran raras. Por eso María las conserva en su corazón, pues igual que un tesoro, eran tan raras como preciosas. Si reflexionamos, veremos que no podía ser de otra forma. Dios es silencioso.

El silencio de la Sagrada Familia (II)
¿Y cómo hubiese podido María no ser silenciosa? Una criatura que había vivido tanto tiempo con el Creador no podía hablar mucho; su corazón gozaba de plenitud, su alma se recogía en el silencio. Ella estaba con Jesús desde hacía doce largos años, años relativamente consagrados a la formación de hábitos, aunque hayan podido pasar por María como un éxtasis santo, pleno de un amor doloroso. Ella había cargado a Jesús en sus brazos, lo había velado mientras dormía, lo había alimentado, lo había visto a los ojos. El le había abierto sin cesar su corazón. Ella había aprendido a comprenderlo. Todas las semejanzas con Dios habían pasado por el alma de María. Nosotros sabemos cuán silencioso es Dios.

El silencio de la Sagrada Familia (III)
Entre el Creador y la criatura, en relaciones como la que existía entre Jesús y María, el silencio, mejor que las palabras, era un lenguaje. ¿Qué podrían haber dado las palabras? ¿Qué hubiesen podido decir? No habrían podido cargar el peso de los pensamientos de la Madre, menos todavía los del Hijo. Hablar habría sido un esfuerzo, una condescendencia, una bajada de la montaña, tanto por parte de María como por Jesús. ¿Y para qué bajar? San José no tenía necesidad. El también permanecía por encima de esas montañas de silencio, demasiado en alto para que ninguna voz, yo diría casi el mínimo eco de la tierra, hubiese podido llegar hasta él.

Fuente: UN MINUTO CON MARÍA... Federico William Faber (1814-1863) Al Pie de la Cruz, 3° dolor, París, Ambrosio Bray, 1858

5 comentarios:

cursillovaldivia dijo...

Te felicito por tu blog porque sé que será una oportunidad para difundir más cosas de nuestro Señor y de nuestra Madre. Ojalá muchas personas puedan ver lo que haces.

Anónimo dijo...

Cara Coté:
Il tuo nuovo blog è uno schianto! L'ho trovato infatti bello, attuale ed utile. Non hon dubbio che farà molto bene alle comunità cristiane. Colgo l'occasione per augurare te e famiglia una serena e santa Pasqua di Resurezione.
P. Eduardo

cotecita dijo...

Gracias P.Eduardo, le deseo también a usted una Santa y Feliz Pascua de Resurreción.
MJ

lucerodelanoche67 dijo...

""Bendiciones""...Cuando el agua sea más clara, todo se resolverá...
y nuestro Mesías vendrá en "gloria y poder" a reunirse con su pueblo.
Nuestro Salvador transformára nuestra música y nuestro canto será sublime como un coro de ángeles, y nuestras voces llegarán hasta los confines de la tierra; porque Él nos encargará esa tarea...y nuestro gozo será eterno.
¡¡A ÉL, EL HONOR; LA ALANZA Y LA GLORIA!!
y nuestro gozo será eterno.

Anónimo dijo...

Para todos un caluroso abrazo en Jesús y María. Esperamos que sigan con este trabajo valioso Mariano en este Blog. Por favor no desfallezcan con él. Todo lo contrario adelante siempre con él. Vivimos tiempos bastantes dificiles y necesitamos de blogs como estos. Y con anticipación felices pascuas 2008 - 2009.